lunes

Señoras & Señores

No hagan ruido.
Me han dejao´ sola
¿quénes?
Los escritores. Los hombres & mujeres de luz que prometieron quitarme las vidas.
Las señoras que volaban conmigo mientras yo reptaba en sus vientres agujereados.
Los señores que dejaron de acosarme cuando les leí el primer verso compuesto a sus ojos & arrugas infantiles.
Los escritores & poetas & demás mentirosos que hacían de la comida,
la hora familiar.
Aún cuando las familias de todos ellos las conformaran solamente sus venas alteradas.
Me han dejao´. Con mis apestosos diecinueve & casi cincuenta años.
Con las cajas de cervezas que mi padre no dejará que me tome sola.
Me han dejao´ con las nuevas tendencias invierno-otoño & de regreso.
Me olvidaron dentro de mis zapatos sucios
compartiendo las banquetas con los perros angelicales de la ciudad
Así sucede, a una la dejan sola, a otros los matan, a otros más les piden matrimonio.
Qué más da¡!
La hora de la comida la haré en cualquier lado,
con cualquier hombre o mujer que me sepa inventar un nombre decente;
con ella que sepa robarme la adolescencia.
O con él, que intente regalarme hijos & colgarlos en mis pequeños oídos.
Si tuviera un nombre fácil de pronunciar & abreviar & lavar, los haré mis nuevos escritores.
Mis nuevos aretes que de escritores tendrán las brazas & la luz para seguir robandoles las vidas.

Mientras: me han dejao´¡!


A la que dejaron en la casa de acá abajo: Jessica





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miércoles

LUNES

Lunes (o martes) tantos de enero del año que corre.

Espero al fotógrafo sentada, con el día entero punzandome en las piernas & en la espalda. Quedamos a las seis &media, ¿Por qué tardará tanto? Si ni tráfico hay.
Luego de la Casa de la Cultura, de Arantxa & su largo "Jeeesiiiicaaaa, hooolaaa"; luego de buscar a alguien que me vendiera un cigarro (& no encontrar), llegué a una libreria de viejo que se abrió sobre Pino Suárez. Decido que un libro de diez pesos estaría perfecto mientras espero al fotógrafo. Busco en el anaquel, busco en el suelo; busco en el escote de la amiga francesa que pone precios a la más reciente adquisición de la libreria. Aparece, precisamente, un libro de Beckett. Una brevísima &amarillísima publicación  de la UNAM, con ya algunos años entre linea &linea, &en las pastas también (por eso amarillísima). Luego, diez pesos, se quedan en las blancas manos de la francesa. También mi asombro: ¡!se hizo una perforación en la nariz¡! Joel estaba husmenado los LP´s. Esos lentes que carga me gustan mucho. ¡!Adiós Joel¡! Joel, Jo...el, JO, Él. Salgo de ahí medianto el nombre.
Casi dan las ocho, !¡coño¡! tendré que esperar otro rato. No me fastidio, pero quería estar temprano en la casa & dormir al menos a las diez.

Con la debida (pero moderada) des-esperanza, busco en cada cristiano, la silueta del fotógrafo; encorvado, sin ganas para mover las piernas, las manos en las bolsas del pantalón. Nada.
Pasa la voz de un hombre, caminando muy rápido. Lee algo seguramente, pero no volteo para corrovorar, dice:

QUIERO SABER QUE PASÓ AQUÍ.
pero pudo decir

¡¡QUIERO SABER QUÉ PASÓ AQUIÍ!!
o
QUIERO SABER ¿QUÉ PASÓ AQUÍ?
o
QUIERO SABER, QUE ¿PASÓ AQUÍ?
o
QUIERO SABER QUE PASÓ ¿AQUÍ?

o no sé de cuantas otras formas pudo hacer el enunciado, pero algo así dijo. Yo solo oigo.

El fotógrafo llega, ebrio. Debí suponerlo; Jessica, lo conoces¡! qué más podría demorarlo?
Saca su cámara, ve que lo he divisado & la guarda.
Se acerca más & reafírmo lo de la embriaguéZ.
Hace un raro énfasis en la Z cuando me dice: "diZculpa el eZtado de embriaguéZ en que llego, pero eZ que, ah!! mujereZ¡!"
& mi idea de tráfico se viene abajo. Aún me duelen las piernas & la espalda. El fotógrafo se queda dormido a media charla & me digo:

¡¡ QUIERO SABER QUÉ no PASÓ AQUÍ!¡

martes

Gloria, Ana & Jessica

Llego al departamento que rentamos la chica de arquitectura, la de ciencias de la comunicación & yo: allá, en una calle de la cual no me aprendo bien el nombre, detrás de CU. El internet también nos lo cobran, como si de agua o luz se tratara. Ellas tienen sus laptops & yo tengo que esperar a que alguna se desocupe cinco minutos, o el tiempo que sea, incluso mientras se bañan, para utilizarla & hacer mi turno de tarea. Me la robaron hace tiempo. He mencionado ya que soy blanco fácil & apetitoso de gente que asalta,  que roba, atraca & amenaza. Pues en esa ocasión se llevaron mi computadora & ahora mendigo tecnología a mis compañeras.
Ellas hablan de cosas completamente diferentes. Una no deja de hacer números & cubos en cualquier papel que caiga en sus garras. No quiero minimizar el trabajo de un arquitecto a simples cubos, pero al pensar en ella -un arquitecto-, me gusta pensar en cubos, cubos rosas, cubos verdes, cubos que son triángulos e infinidad de figuras ebrias -las figuras-.
La otra, la de comunicación, es reportera de un periódico que hasta la fecha, luego de seis meses de conocerla, no he sabido cual demonios es. Pero lo que hace es anotar, anotar & andar siempre con ese cuadernillo opaco de pastas negras, creo que es cuero, o imitación de cuero. Anota lo que le decimos, lo que piensa que vamos a decir, lo que no quiere que digamos & a veces lee. Pero la que lee más soy yo.
Creo que de las tres soy la que menos habla, cualidad estúpida de quienes leen; se creen que leen o escriben porque no saben hablar. Tristemente -no siempre- así sucede. Soy una ostra que intenta parlotear. Con ellas hablo moderadamente, no de más, &tenemos una buena comunicación sin embargo. Nos caemos bien, incluso, puedo asegurar que nos hemos tomado cariño.

Llego al departamento que rentamos. Las dos ya están instaladas en sus respectivos rincones; una sobre la mesa del minicomedor, con los tenis sucios sobre mi silla; & la otra de pie esperando a que caliente el agua para el té. La que espera el agua, siempre está junto a la estufa o junto al refri, & nunca me he preguntado por qué, solo es así.
Al llegar, con una inminente sonrisa de gato drogado (figura que jamás me gustaría ver, pero que expresa mas o menos cómo me veo-siento), busco mi taza en la alacena, mi taza es negro-cenicero, miro el techo, las miro a ellas en sus arduas tareas de "hacersependejasenelfacebook" & respiro hondo. Nadie nota nada. Pero pronto sabrán que Lobo, que ese vejete de mi profesor de Literatura Precolombina perdió mis calificaciones en una borrachera (el anciano se puso a pregonar que las clases en la universidad valían para sus tragos, mis examenes en mano, se la paso bailoteando por el bar hasta que alguún bondadoso lo fue atirar a su casa, sin examenes, sin portafolios, sin zapatos) & no quedaba más que ponerme un diez en las cuatro unidades.
Estúpida explicación & pretexto, claro está, a mi verdadero motivo de felicidad: Carlos estuvo todo el tiempo conmigo, con mis lecturas, con mis asaltos & en la más triste de las situaciones: cuando Lobo me mandó a extraordinario, luego a título; & por fín, cuando me despidieron del ICE...seguro les sacará una risa a mis amigas de cuarto.

Otra vez: Jessica

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& quizá después piense en el anacrónico & último rescoldo de luz que llegaba a "Teoti"


Maíz

Lectura para enamorados

Ivette sin duda es una niña bonita. ¡¡Pero mira que irse con el novio!! ¡¡& precisamente el 31!!
Mis padres hablaban de una Ivette que yo debía conocer seguramente, porque el tono con el que se referían a ella demostraba que al menos pariente era. No daban ni las siete de la mañana & ellos ya estaban bebiendo chocolate en la cocina. Mi habitación se encuentra separada de ésta por la sala, & aún así, escucho todas las coversaciones. Recuerdo una vez, cuando era más pequeña, mi madre le reclamaba a mi padre por la llamada de una mujer en la madrugada, claro; ella había contestado & la del otro lado no supo más que decir:

-...disculpa, estará Alberto?

& bueno, mi padre iba entrando, ella lo sentó & comenzó el interrogatorio; falsos argumentos como respuesta & las voces, una nerviosa, la otra hastiada de lo mismo. Todo muy claramente, precisamente por la cercacnía de la cocina a mi cuarto.

Decía que ahora, hablaban de Ivette, la niña que indudablemente era bonita, pero lo bonita no la excentaba de hacer tontería &media. Como irse con "el Gato" su novio, dos horas antes de la cena de año nuevo. Dejando a su madre con el ponche hirviendo & llevandose su ropa húmeda que había lavado para usar en la noche. Una no debería, pero se entera de esos detalles que hacen que "el chisme" no lo sea, sino que se convierte en una especie de reporte, casi un ensayo literario. & ellos, los que hablan, ni cuenta se dan de lo bien que les sale.

Permanecí un rato más en mi cama con las manos debajo de la nuca, mirando cómo el cuarto iba tomando el color del día poco a poco. Mientras, la plática en la cocina seguía sobre Ivetsita. Ahora una voz femenina se sumaba a la tertulia, bebían chocolate. Sé que tomaban chocolate, porque en las mañanas mi sentido del olfato está limpiecito y en extremo sensible, así que percibo desde el olor a perro húmedo, cuando éste llega de la madrugada a echarse a la puerta de la casa; hasta el chocolate caliente que se ha perparado en la ollita despostillada que mi madre ocupa, exclusivamente para chocolate. Además al salir, fue lo primero que noté en sus tazas.

Al no reconocer la voz de la invitada, decidí salir & decir buenos días (también mirarí a todos con rencor, por haberme despertado). & mas acertadamente, me haría de una taza de bebida caliente, Claro estaba que -también- charlaría sobre el destino de la pequeña Ivette.
Me puse pues, un par de tenis, el primero que mis pies encontró, una playera azul de manga larga, este día sin duda sería azul (soñé en azul, premonición estúpida). Me pasé la mano por el cabello recién despertado, me froté los ojos, para causar más efcto de recién despertada, & salí caminando, aún con el espíritu en las cobijas.

Resulta que si conozco a esta Ivette, pero vamos; casi dormido uno no recuerda ni su nombre. Tiene mi edad. Es la hija de la vecina, la dueña de la bonetería. Son protestantes & la niña, estaba "destinada indudablemente a servir solo a dios".
Pues lo que la madre de Ivette desconocía, eran las veces que el Gato iba por ella a la escuela, las veces que me los encontré en los bares del centro; & la vez aquella -innolvidable anécdota (juro que nadie más sabe)- en que ellos dos, tortolos enamorados, se metieron a la bonetería siendo casi media noche, prendieron unas velitas, & se disponían a... "leer a Juan Rulfo". Llegó su hermano mayor con su novia, precisamente mentalizando la misma actividad. La novia era yo, & obviamente nos rogaron no decir nada, & francamente, esa respuesta tan divertida & dicha con una ingenuidad que casi le creí, no ameritaba menos que guardar el secreto. "Solo ibamos a leer a Juan Rulfo, en serio!¡ Yo no sé si en realidad ella tenía, al menos, una remota idea de quien era ese JuanRulfo, pero a mi me sigue pareciendo ese, el mejor de los pretextos & explicaciones.

Pues a Ivette le ganó el amor & ahora se discutía si sabíamos algo, si notamos que algo le faltaba a su hija, si el mal ejemplo de Eduardito (el hijo mayor) había sido el detonante. Claro, yo me llené la boca con pan dulce remojado de chocolate, para no emitir juicio sobre éste Eduardito. Seguro me ruboricé un poco, pero nada me hizo decir nada.

Escuchamos a la señora un buen rato, hasta que mi hermanita despertó & pidió almorzar. Mi padre -se notaba que estaba fastidiadísmo-, optó por salir a tomar los rayos de sol que ya regaban el patio. Mi madre estaba menos desesperada, pero necesitaba levantarse ya. Me quedé con la señora que aún no comprendía "los motivos de su nena para dejarla de esa manera". Hoy es tres de enero, cumpliría decinueve.

-Señora -le dije- seguramente lo hizo por amor ¿qué más pudo ser? Ivette es inteligente, no se preocupe, le va ir rebien.
Yo intentaba ayudar, al menos mostrar que la entendía. Ella remató;

-Ay hija, si todos sabemos que es media lenta ésta niña. Imagínate que su hermano le regaló un libro de JuanRulfo hace dias, & ella en vez de ponerse a leer, se carcajeó como desquiciada!!¡¡ Qué niña ésta!!¡¡

Jessica

...quién más podría dejarte así...

Chau Número tres



Te dejo con tu vida

tu trabajo
tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres
sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
seguro sin seguro
te dejo frente al mar
descifrándote a solas
sin mi pregunta a ciegas
sin mi respuesta rota
te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas
sin mis inmadureces
...

Mario Benedetti habla


lunes

Polaroid















Polaroid para dejar de respirar ahogados de arenas movedisas.
Polaroid para comprar un nombre a la mujer maquillada de afuera del teatro.
Polaroid & sentarse a descoser el pantalón viejo que ya no nos queda.

El viernes me encarcelaron, el jueves encontré un árbol que dice mi nombre & el miércoles éste hombre me robó el pasaje de regreso. Ahora vivo en una casa abandonada a las orillas de un pueblo al que aún no le ponen nombre. Me queda la Polaroid que le robé al novio de la abuela & un bote de agua de jamaica.










Jessica