jueves

te amé tanto tonta, Parte 1 de quizás 3

"Te dí todo lo que no creí llegar a tener jamás.
Te dí todo lo que llegaste a pedir.
 Te dí todo, entiendelo, todo lo que había en mis suelas gastadas.
Aun no puedo creer que mi vergonzosa situación te la deba a ti."
 

Tuvimos largas &memorables noches en que intercambiabamos suspiros.
Mis malos cuantos siempre fueron motivo de su risa; eran & siguen siendo todos para ella.

Sigo dejando mis cobijas regadas bajo la cama, esperando - &con la vaga sospecha de que no lo hubiera hecho nunca-, a que llegue & refunfuñando, me cubra las piernas.

¿Cómo pudo salir sin arrugarlas un poco siquiera?

De madrugada abro la puerta del patio & las ventanas, esperando a que llegue con sus medias palabras, regaños & congojas a quitarme el sueño.
Después de casi año &medio, sigo prendiendole inútiles pavilos a media noche; uno tras otro, tras otro, sin darme cuenta que no llego a prender uno siquiera; solo me quedo pensando.
También le rezo - muy a mi penosa manera-, al primer santo que me viene a la boca; recordandole, pidiendole, rogandole que si de vez en cuando cierra los ojos, recuerde mi perturbada silueta, &le cause lástima, & regrese a la casa.
No sé nada de ella desde hace año &medio¡!¡!
Debería darle vergüenza la manera en que abandonó todo¡!¡!

¿Qué fue lo último que hablamos?
No lo recuerdo.

Hoy en la mañana, el asqueroso perro del vecino llegó muy comodamente a echarse en la puerta de entrada.
Creo que ya se ha percatado de su ausencia; pues nadie sale a correrlo regándole insultos & maldiciones encima.
Solo salí &-lo único que pude hacer-, lo miré enfadada. Me movió la cola & volvió a dormir. Odio que hasta ese animal me recuerde a ella.

La dejé hacer &deshacer tantas cosas en mi casa; en mi cuerpo, en mis -yo lo creía imposible- sentimientos.
Ahora que paseo la mirada por cada rincón de los pisos (mis pies), los muebles (mis costados) & los cuadros (mi lo que sea que pueda ser parecido a cuadros); observo sus heridas. Caídas, moradas, despostilladas, rotas, malpintadas, roídas, rasguñadas, medio puestas, mal pegadas... 




Ejemplo de ello; mis vidrios. ¡!Qué enfermo afán el suyo de rasguñar cuanto vidrio contemplara!¡
También las puertas fueron víctimas de su humor de señora. Rasguñadas, con la parte de abajo desprendida, casi casi arrancadas. No le importaba mi situación económica, sabía que si se caía, no podría reponerla en largo tiempo; ¡!pero le importó un cacahuate¡! Las rasguñó.

Ahora que lo pienso sin tantas vueltas; si hubiera advertido su partida, si hubiera dado alguna seña de querese largar, la dejaba tronar los vidrios & arrancar todas las puertas. ¡!Pero no!¡ Prefirió dejarmelas así, para recordarme a cada azote del viento que ya no está.

Tristeza. No encuentro otra palabra para lo que dejó en los remiendos de mi casa. Pura & vil tristeza. Hasta los azulejos están como de luto. Llenos de cochambre & sustos. Éstos últimos solo ella sabe como llegaron ahí.


continuará....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

show me something...