¿Cómo es? dijo el hombre al otro. Somnolienta, agria, hasta los huesos se precipita y te encorva le contestó. ¿Es cosa seria amigo? No tanto como la bolsa de Nueva York. Ni como la arena blanca de la playa donde pasa usted las vacaciones. Ni mucho menos como su mujer en horcadas, sudorosa, gimiendo bajo la seda encaprichada a su cuerpo. Su sencillez no permite importancias. De fracasados y no de poderosos es el asunto, la cuestión del hambre, señor mío.
Un día en el trabajo
ResponderEliminar¿Cómo es? dijo el hombre
al otro.
Somnolienta, agria, hasta los huesos
se precipita y te encorva
le contestó.
¿Es cosa seria amigo?
No tanto como la bolsa de Nueva York.
Ni como la arena blanca de la playa
donde pasa usted las vacaciones.
Ni mucho menos como su mujer
en horcadas, sudorosa, gimiendo
bajo la seda encaprichada a su cuerpo.
Su sencillez no
permite importancias.
De fracasados y no de poderosos
es el asunto, la cuestión
del hambre,
señor mío.
CFE